El progreso de cualquier actividad empresarial
viene determinado por la investigación creativa de
nuevos productos y servicios, y por el éxito en la
comunicación de las cualidades de esos productos
y servicios a sus potenciales consumidores y usuarios.
Así pues, la publicidad, las relaciones públicas y la comunicación corporativa son pilares importantísimos para cualquier empresa que se precie, y la creatividad es el elemento esencial de toda comunicación. Llegar a conectar con el público objetivo, impactar en su cerebro y dejar huella en su memoria, son tareas que requieren una dosis enorme de talento y creatividad. Destacar entre los cientos o miles de informaciones que llegan diariamente al consumidor por los distintos medios, sólo está al alcance de los mensajes más brillantes, los únicos que son capaces de conectar
con nuestras más íntimas emociones. Las grandes empresas pueden permitirse contratar a las más importantes agencias para desarrollar su labor de comunicación, pero hay también miles de pequeñas y medianas empresas que tienen que conformarse con sus propios recursos. A ellos muy especialmente van dirigidas las siguientes recetas creativas.
1. Basar los mensajes en las necesidades más comunes.
Lo más importante para conectar con los intereses de las personas es acertar en la satisfacción de sus necesidades. Si la comunicación es capaz de transmitir que nuestro producto o servicio le ayudará a cubrir una necesidad, ya sea racional o emocional, el consumidor estará predispuesto siempre a comprobarlo. Hay necesidades primarias, como el sexo o la alimentación, y otras secundarias, como la comodidad o las nuevas experiencias, pero todas son válidas a la hora de basar en ellas nuestras propuestas:
Necesidad de amor: Pasión, atractivo, simpatía, admiración.
Necesidad de seguridad: Garantía, protección, duración, conservación, economía,
futuro.
Necesidad de estima: Prestigio, ostentación, dominio, poder, triunfo, importancia,
fama, grandeza, victoria.
Necesidad de auto confirmación: Progresión, salud, energía, superación.
Necesidad de saber y aprender: Conocimientos, exotismo, rarezas, curiosidades.
Necesidades estéticas: Belleza, estilo, elegancia, buen gusto.
Otras necesidades: Autonomía, dignidad, pertenencia a un grupo, protección a los
más débiles, dependencia afectiva de jefes y autoridades.
2. Combinar diferentes incentivos
Además de tratar de cubrir las necesidades, podemos también complementar nuestro mensaje ofreciendo sueños y eliminando problemas. Todo lo que sea facilitar la vida a nuestros clientes redundará en nuestro beneficio. Y, si combinamos los tres incentivos, el poder de nuestro mensaje será triple.
La mayor parte de los anuncios publicitarios del pasado siglo se basaban en el esquema problema/
La mayor parte de los anuncios publicitarios del pasado siglo se basaban en el esquema problema/
producto/solución.
3. Ofrecer testimonio de todo tipo
El testimonio de un ser humano es algo muy importante para los
demás seres humanos en cualquier circunstancia, y muy especialmente a la hora de recomendar productos o servicios. De hecho, aunque es una de las fórmulas más empleadas en la historia del marketing, todavía hoy podemos ver cantidad de testimonios en
todos los medios de difusión, lo que nos indica que es un recurso que sigue funcionando. Y si a este recurso tradicional le aplicamos una dosis de creatividad, veremos que el efecto conseguido puede ser espectacular.
Si nos dirigimos a madres, padres o abuelos, podemos recurrir
a poner el testimonio en la boca de un niño. Cuanto más serio,
trascendente, filosófico o maduro sea el mensaje, más entrañable,
tierno y simpático sonará al decirlo el niño. Y cuanto más pequeño
sea el niño, mucho mejor. Nadie se resiste a una reflexión
profunda realizada por un bebé de nueve meses. También los animales, especialmente los cachorros, pueden dar mucho juego a la hora de realizar testimonios.
demás seres humanos en cualquier circunstancia, y muy especialmente a la hora de recomendar productos o servicios. De hecho, aunque es una de las fórmulas más empleadas en la historia del marketing, todavía hoy podemos ver cantidad de testimonios en
todos los medios de difusión, lo que nos indica que es un recurso que sigue funcionando. Y si a este recurso tradicional le aplicamos una dosis de creatividad, veremos que el efecto conseguido puede ser espectacular.
Si nos dirigimos a madres, padres o abuelos, podemos recurrir
a poner el testimonio en la boca de un niño. Cuanto más serio,
trascendente, filosófico o maduro sea el mensaje, más entrañable,
tierno y simpático sonará al decirlo el niño. Y cuanto más pequeño
sea el niño, mucho mejor. Nadie se resiste a una reflexión
profunda realizada por un bebé de nueve meses. También los animales, especialmente los cachorros, pueden dar mucho juego a la hora de realizar testimonios.
4. Explotar el humor de lo absurdo
No hay nada que le rompa más los esquemas a una persona normal –la mayoría de la población–, que los planteamientos absurdos. Lo absurdo desconcierta, pero al mismo tiempo intriga y mantiene el cerebro del receptor a la expectativa, tratando de comprenderlo. Esto lo saben muy bien todos los humoristas, y muchos guionistas y directores de cine. Jugar con el absurdo es una baza segura para sorprender, y si a lo absurdo se le suma el humor, el éxito está garantizado, porque la enorme carga de creatividad que connota el humor de lo absurdo desbloquea todas las posibles reticencias
del individuo ante la irracionalidad de las propuestas.
Lo más estúpido, lo más exagerado, lo más ridículo,si se trata con humor, será un mensaje impactanteque dejará huella.
5. Mostrar la historia desde dentro
La curiosidad es algo común a casi todas las personas. Nos
encanta observar a los demás, y si es posible hacerlo desde un lugar discreto, en el que pasemos desapercibidos, mucho mejor. Escuchar debatir a los miembros del Parlamento desde la tribuna de invitados, o contemplar el trabajo de actores famosos en un plató de rodaje, son cosas que despiertan el morbo de mucha gente. Si tenemos además el privilegio de ser invitados a estar entre bastidores de un teatro, o en el backstage de un concierto de rock, formando casi parte de la acción, nos sentiremos muy identificados con todo lo que ocurra allí.
En el ámbito de la comunicación empresarial, este «voyeurismo» se traduce en mostrar a través de los medios el desarrollo de una idea, la historia del creador de una empresa o el proceso de producción de un producto.
Lo más estúpido, lo más exagerado, lo más ridículo,si se trata con humor, será un mensaje impactanteque dejará huella.
5. Mostrar la historia desde dentro
La curiosidad es algo común a casi todas las personas. Nos
encanta observar a los demás, y si es posible hacerlo desde un lugar discreto, en el que pasemos desapercibidos, mucho mejor. Escuchar debatir a los miembros del Parlamento desde la tribuna de invitados, o contemplar el trabajo de actores famosos en un plató de rodaje, son cosas que despiertan el morbo de mucha gente. Si tenemos además el privilegio de ser invitados a estar entre bastidores de un teatro, o en el backstage de un concierto de rock, formando casi parte de la acción, nos sentiremos muy identificados con todo lo que ocurra allí.
En el ámbito de la comunicación empresarial, este «voyeurismo» se traduce en mostrar a través de los medios el desarrollo de una idea, la historia del creador de una empresa o el proceso de producción de un producto.
6. Hacer demostraciones
Si nuestro producto es distinto a sus competidores, bien por su eficacia, por su calidad, por su dureza, su resistencia al frío o al calor, o por cualquier otra distinción demostrable, hagamos de esa demostración un espectáculo. Podemos hacerlo de muy diversas maneras, pero siempre bajo el común denominador de la creatividad.
Las demostraciones funcionan siempre, pero su eficacia
será directamente proporcional a su creatividad. Cuanto más brillante sea la idea, más creíble será la demostración y más facilidad tendrá para convencernos de la bondad del producto.
7. Aprender de todos
Para desarrollar una mente creativa hay que estar siempre
alerta, con todos los sentidos abiertos de par en par, listos para aprender cualquier cosa venga de donde venga. En el mundo empresarial hay que estar atento especialmente a las opiniones
de los técnicos que elaboran los proyectos y fabrican los productos, a los distribuidores que los hacen llegar hasta los clientes, a los compradores y a los usuarios, que no siempre son las mismas personas, a los prescriptores que influyen en la compra, y en general a todo aquel que pueda descubrirnos algo novedoso sobre nuestro negocio. Aprender de todos es la clave para estar siempre al día y para evolucionar, manteniendo siempre en ebullición el caldo de cultivo donde germinan las buenas ideas.
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